CAMPAMENTO DE LOS JUANES – OSQUETA – REFUGIO FARRIGÜELO – SALINAS VIEJO – FOZ DE SALINAS - VILLALANGUA
1ª.- Salida de Pamplona a las 8.00 h.
2ª.- El primer tentempié lo haremos en la Osqueta y el “bocadillo” en el refugio Farrigüelo.
De Pamplona a Villalangua tenemos unos 109 km. Siguiendo la carretera A-132 que baja hacia Huesca, y después del km. 53, encontraremos a la derecha el desvío hacia Villalangua.
Sin detenernos en este pueblo encantador, continuaremos por pista 3 km. más, hasta el Campamento de los Juanes.
En este punto iniciamos nuestra ruta por una pista forestal que entre pinos, nos acerca a la parte alta del mirador de los Cuchillares de la Hoz, desde cuya balconada podremos contemplar en “5D”, parte del recorrido que tenemos para hoy.
Poco después avistaremos las escasas ruinas que aún quedan de Salinas Viejo, y en la parte alta del monte, por encima del bosque, la brecha de la Osqueta, con su peculiar entrada tallada en la roca y hacia donde encaminaremos nuestros pasos.
El camino ascendente hasta la Osqueta, es el tramo que nos va a exigir un poco más de esfuerzo. Pero desde aquí hasta el refugio de Farrigüelo y la posterior bajada hasta Villalangua, se hacen bastante más llevaderos.
En este emblemático punto, nos desviamos a la derecha dirección Biel por la evidente y sorprendente senda sobre la que se asientan las verticales murallas del Achar. Pasamos las ruinas del corral de Grasa antes de alcanzar por veredas ganaderas, el característico e inolvidable refugio de Farrigüelo. Será el momento de reponer fuerzas y seguir disfrutando del entorno y de nuestras vituallas.
Después volveremos sobre nuestros pasos hasta la Osqueta para continuar el descenso atravesando las escasas y salpicadas ruinas de Salinas Viejo, asfixiadas éstas, por una frondosa vegetación. En este austero punto podremos contemplar lo más visible y reseñable de este enclave: su iglesia (que lucha para mantenerse en pie, sola y sin esperanza, contra los elementos y el paso del tiempo).
Según el relato que figura en uno de los paneles que ilustran este recorrido:
“Salinas Viejo de Jaca es un asentamiento del siglo XII, que se ubicó en este entorno difícil debido a la existencia de una explotación de sal. La sal provenía de un pozo de agua salada que desde hace aproximadamente mil años abastecía al Monasterio de Ruesta.
El núcleo sufrió en 1950 un deslizamiento del terreno que motivó el traslado de la población a un nuevo asentamiento, denominado Salinas Nuevo, ubicado junto a la carretera.
La iglesia parroquial de Santa María Magdalena data del siglo XVI, gótico aragonés y cuenta con una nave y ábside poligonal de crucería. Es el edificio mejor conservado del antiguo núcleo, actualmente en estado de abandono-ruinoso.”
Continuamos el descenso por un marcado PR hasta alcanzar las aguas que han ido conformando el singular paraje de la FOZ.
El descenso no tiene pérdida pues en todo momento veremos de frente las verticales y desafiantes paredes rocosas de la Foz de Salinas que nos sirven de referencia y hacia donde nos encaminamos. Las llamativas panorámicas, las cascadas y sus inolvidables paisajes nos aliviarán del peso de los kilómetros (si empezase ya a manifestarse).
Una vez fuera de la Foz continuamos, primero por camino y luego por pista, hacia Villalangua.
Cruzamos el rio Asabón antes de alcanzar el pueblo. Aquí acaba nuestra marcha de hoy con sus 16 o 17 km. sobre el GPS de nuestras botas.
En la acogedora Posada de Villalangua podremos disfrutar de unas cervezas soñadas y un descanso merecido.
NOTA:
Si alguno busca alternativas más cortas al recorrido principal, mi propuesta sería que todos lleguemos hasta la OSQUETA, y desde los alrededores de este punto, los que así lo decidan, inicien la bajada hacia Salinas Viejo à Hoz de Salinas à Villalangua. Este circuito es de unos10 km.
Esto es sólo un apunte personal. Adjunto tracks de las dos variantes.
Punto de encuentro: Aparcamiento piscinas de Nuevo Artica en variante norte.
Comentarios
Ayer el grupo se hizo grande, por el número de asistentes y por el trayecto. El grupo reunido en esta localidad de Huesca dio para dos sectores: uno, integrado por una decena, hizo un recorrido moderado, y regresó hacia las 3:00, a tiempo para la comida; el otro, una veintena de jovenzuelos, llegó hasta el refugio de Farrigüelo. La ida pasó ligeramente de los 10 km, por el desvío al Balcón de los Cuchillares. Su regreso, 8,3 km. El desnivel alcanzado por ese grupo mayoritario, 950 m. Hubo un par de integrantes que subieron de paso a otro monte y acumularon más km y superaron los 1.000 m
El salto con respecto a los recorridos que acostumbramos tal vez fue excesivo; no hay que olvidar que la mayoría somos del Imserso. De hecho un par de integrantes tuvieron que ralentizar la marcha por problemas físicos. Yo presencié y acompañé a uno de ellos, que repentinamente en ligerísima pendiente se vio obligado a detenerse, sentarse dolorido, reposar, estiramientos…El episodio se repitió en varias ocasiones. Nos alcanzaron otros miembros del grupo. Oí la palabra sobrecarga de boca de algunos que conocían casos similares. Tuvo suerte con la recuperación, y llegó bien al pueblo. Ayer solo se produjeron ralentizaciones, pero hay que tener presente que pueden darse situaciones parecidas y peores.
Ambos grupos coincidimos en el collado de La Osqueta. Marce y Malu sacaron las viandas extra, cocos y unas tortitas caseras muy elaboradas, y pudimos hacer esa celebración conjunta, acto entrañable y muy acertado. Los dos sectores no volvimos a encontrarnos hasta bien entrada la tarde en la Posada; hacia las cinco fue el segundo turno. El establecimiento se adaptó a nuestros horarios y caprichos; a los que habitualmente recurrimos a los pinchos, también nos complacieron. Todo un detalle.
Hizo una temperatura más veraniega que primaveral. Todo el día en manga corta. A nadie se nos ocurrió meter en la mochila el pantalón corto. Por las fotos se puede deducir que fue una excursión de nota alta. Agur!!
Félix.
