Ruta dividida en dos partes.
La primera mas entretenida, subiendo y bajando barios montes en el cordal de los altos de Ibarbero, entre trozos de pista y sendas, pinos, carrascas, enebros y ulagas.
La segunda de regreso por pista agrícola visitando la ermita de Santiago.
A mi parecer no recomendable en época lluviosa por ser un terreno arcilloso.
La marcación del los caminos es por medio de Cairns, y algún cartel nominativo, por lo que recomiendo estar atento al GPS.
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El objetivo de este primer sábado de diciembre era huir de las precipitaciones; objetivo cumplido con creces. Al inicio ha caído langarra que ha cesado en breve; temperatura baja, el viento aumentaba la sensación de frío, nublado pero sin precipitación; regreso con mejor temperatura y soleado.
Por la mañana en Mendigorria estábamos casi una veintena de correcaminos dispuestos a completar la circular; 13,5 km; desnivel acumulado algo más de 500 m. El terreno es un sube-baja continuo, rompe-piernas en el argot ciclista. En nuestro caso no se ha roto ninguna, ni caídas, ni resbalones. Caminos y sendas en un estado aceptable pese a tanta lluvia. Un poco de barro superficial que apenas se pegaba a las suelas. Es cierto que, siguiendo el consejo de un entrenador al equipo rojillo, no nos hemos confiado en ningún momento.
Una buena parte del recorrido ha discurrido en tierra quemada. Resulta desolador el estado en que han quedado estos cerros tras el incendio. Las hierbas, matas, arbustos y árboles permanecen calcinados; todavía hay pocos signos de recuperación.
Terminado el periplo, a fin de recuperarnos, hemos decidido girar visita turística a la población y, de paso, junto a la monumental iglesia parroquial, hemos degustado los pinchos del Bar Sevilla. Un buen final. Agur!!
Félix
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