martes, 24 de junio de 2025

Salida 28 de junio. Artajo - despoblado de Larrangoz. Comida fin de temporada.

 

Aparcamos junto a la iglesia de Artajo donde hay mucho sitio.Salimos del pueblo, cruzamos el río y avanzamos aguas arriba (izquierda) caminando entre el campo del cereal y el río por la chopera o la orilla del Irati. Llega un momento en que el campo de cereal y el río casi se tocan. Este es el momento en que empezamos a subir la única cuesta del día.

Por una senda que en diagonal va subiendo en busca de una antigua pista que es nuestro siguiente objetivo. Llegamos a un cruce, nosotros tomamos el camino de la izquierda. (Resistimos la tentación de subir derecho ya que la senda se enzarza mucho y la pendiente es fuerte). El camino que hemos tomado va por una media ladera hasta un pinar. Una vez en el pinar, lo cruzamos, y al salir de él vamos a rodearlo por arriba, para en su “esquina” superior-occidental, buscar la senda que nos llevará a la pista. Estaremos en una rampa despejada y herbosa y vamos subiendo en diagonal hacia la derecha. En la senda, hay una piedra grande, donde comienza la “espesura”, que nos servirá de referencia. (Si me esperáis en el comienzo de la subida, os llevaré por el buen camino)

Una vez en la pista de media ladera, con buenas vistas, lo único que hemos de hacer es seguirla, para una vez, superado por arriba el pueblo abandonado, un hito nos invitará a bajar a Larrangoz, (ignorar uno anterior).

Este camino pasa por el pueblo y baja al Irati. Visitaremos la iglesia, objetivo de esta ruta. Pronto llegamos al puente colgante, (que nos comunicaría con Murillo de Lónguida). Nosotros, sin cruzarlo continuamos aguas arriba, por una pista (invadida por las hierbas), entre el campo de cereal y el río. Más adelante, cuando llegamos al final del campo, llegamos a una bonita senda que va por la orilla del Irati. Y siguiendo el río, llegamos al puente de Artajo, donde nos esperan los coches, que nos llevarán a la comida. Son 10 km y apenas 130 metros de desnivel.




Para el grupo B, desde Artajo, pueden ir al puente colgante (aguas abajo) y hasta el pueblo abandonado de Larrangoz. Y volver, cruzando el puente colgante hacia Murillo, por la vía verde que están haciendo (en paralelo a la carretera), hasta Artajo.

Propongo empezar en Artajo y no en Murillo, ya que el recorrido sería más largo, y acabaría cuesta arriba (de Murillo a Artajo en coche hay 3 minutos escasos).

Acompaño un enlace sobre el pueblo. Pueblos deshabitados de Navarra: LARRANGOZ

Punto de encuentro Aparcamiento piscinas de Nuevo Artica en variante norte. 

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Este año está siendo raro...., el clima está un poco loco. En abril-mayo aguas mil (mientras en el norte y centro de Europa se secaba) Este mes de junio, según dicen las estadísticas ha sido el más caluroso desde que hay registros. Y llevamos dos olas de calor seguidas y apenas ha comenzado el verano.

El sábado pasado pudimos refugiarnos en un bosque de robles, castaños y hayas pero en esta última salida y despedida del curso no hemos podido esquivar al astro rey. La ruta no era exigente, apenas 10 km y poco más de 150 de desnivel. Nos faltó llevar el paraguas como escudo protector.

Toda la subida fue al principio, después de cruzar el río y avanzar por una chopera, para buscar una pista de media ladera, ya en desuso, que la naturaleza y la humedad (que ayer no era el caso) había convertido en senda. Este camino, que recorre de este a oeste la sierra de Gongolaz es un magnífico balcón del río Irati, de la comarca de Longuida y del Pirineo. Faltaba el bosque que nos habría dado sombra, pero nos habría quitado las vistas. Y la brisa que nos podría haber refrescado estaba ausente.

El objetivo era visitar el pueblo abandonado de Larrangoz, con su gran casona (hubo quien se atrevió a entrar y subir al primer piso, a pesar del lamentable estado de las escaleras). La torre-palacio con su tapiz de hiedra que se la está comiendo..., Y la iglesia.con su caballero y su águila decapitado., con su cruz desnuda ante el altar, con su sacristía cuya hermosa bóveda caída, con sus huesos bajo el suelo... Pueblo antes vivo y ahora muerto... (o lleno de vida... de espinos, ortigas, amapolas sobre el tejado, zarzas, pájaros, insectos y...)

Del pueblo tocaba bajar al río, con su puente colgante provisto de gruesas sirgas que sujetan viejas tablas. Puente que se balancea para disfrute de los osados que lo atraviesan. La gente no debía estar tan acalorada, porque sólo una persona se metió en las frías aguas del Irati, para refrescarse.

Ya es hora de volver, que nos esperan para comer. La pista está invadida de hierbas, fruto de la mucha humedad de la primavera, y del poco transitar de la gente. Primero rodeando un campo que estaban cosechando a pesar del riesgo de incendio y después por una bonita senda junto al río con un poco de sombra para alivio del caminante.

Ya en Artajo, tocaba refrescarse en la fuente y arreglarse un poco para ir a comer.

Buena comida, buena compañía... y despedida de un curso repleto de buenos momentos gracias al interés constante de la gente para proponer nuevas exploraciones y facilitar el disfrute de todo el grupo.

Julián

viernes, 20 de junio de 2025

Salida 21 de junio. Señorío de Bértiz - Irretarazu - Suspiros

 

Por condiciones meteorológicas parece aconsejable cambiar el destino de la salida de las tierras tórridas de Fitero a los bosques sombríos de Bértiz.
Recorrido de poco más de 10 km, con 240 m de desnivel, todo el bajo la sombra de bosques que esperamos hagan más llevaderas las temperaturas que vamos a padecer por toda Navarra este sábado.
El recorrido empieza en el parking del parque y de ahí nos introducimos en la carretera a Aizkolegi para dejarla a los pocos metros por sendero a la izquierda.


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Hola a todos. Ayer teníamos la oportunidad de bajar a Fitero para recorrer las roscas, disfrutar de la ola de calor en las tierras del Sur de Navarra y seguir calentándonos en las piscinas termales. Pero algunos decidieron renunciar a tan atractivo cocedero para buscar los oscuros bosques del Norte, a las orillas del Bidasoa, y dar una nueva oportunidad a nuestras amigas las garrapatas, que tan generosamente nos han chupado la sangre durante esta primavera. Así que volvimos a cruzar (por cuarta vez en poco tiempo) los túneles de Velate para aparcar los coches en el Señorío de Bértiz. El objetivo era recorrer la senda de los Suspiros. Empezamos caminando por la amable carreterita que rodea el parque para abandonarla enseguida y emprender una decidida subida. Se comienzan a ver los hipericos que nos acompañarán durante toda la jornada. Pasamos por en medio de una plantación de robles jóvenes para, una vez suavizada la pendiente, internarnos en un sombreado bosque de robles ya crecidos, con numerosos castaños intercalados. Superamos unas cuantas regatas por unos puentes de madera. El camino está muy bien trazado a media ladera, y con paneles indicativos de vez en cuando, Había restos de un aprisco para ovejas, donde además se elaboraba queso. Luego también vimos una construcción circular que se usaba para almacenar las castañas antes de desprenderlas de su espinosa cubierta. Como se trata de una zona de reserva integral, los abundantes árboles caídos no se retiran, aunque algunos troncos estaban serrados para permitir el paso. Luis se detuvo más de lo habitual, respondiendo a las numerosas preguntas sobre los hongos, mixomicetos, líquenes y helechos que nos encontramos en los márgenes de la senda, impartiendo para sus embelesados escuchantes toda una lección sobre criptogamia. Se trataba de remontar la regata hasta su inicio, aunque no llegamos a salir a terreno despejado. Almorzamos cómodamente sentados sobre unos troncos y con abundante vino en el cuerpo emprendimos el regreso (a las pastas y “Goya” del cumpleañero Josemari se unía una botella de Málaga Virgen que había traído Rafa, y como estábamos “sólo” catorce, nos pusimos las botas).

El descenso era por el fondo de la barrancada. Nos desviamos cruzando un puente de madera para visitar el paraje del “suspiro”, una pequeña cascadita sobre una roca tapizada de musgos y hepáticas. Volvemos a la senda principal, ya convertida en pista, flanqueada por alisos y avellanos. Pasamos por una calera y llegamos a la carretera de inicio, que nos lleva nuevamente al aparcamiento y al merendero, mucho más concurrido que a la mañana. Completamos la jornada en el bar de Oronoz, con pinchos y cerveza. No me resisto a señalar que a la tarde se celebró en Elizondo el centenario del nuevo templo levantado en 1925. Misa solemne, con cánticos especialmente elegidos e interpretados por el coro que convierte cada celebración en un concierto, y a la salida, vino y pastas para todo el mundo en unos jardines donde un débil sirimiri aportaba frescura al ambiente.




Mary Luz

viernes, 13 de junio de 2025

Salida 14 de Junio. Goñi al Centro de Euskalherria. Burgos - Valdeporres.

 

Buenas tardes. El sábado pasado salió el tema de buscar una salida alternativa para los que no vamos a Burgos y Rafa propuso hacer una al centro de Euskaherria, me encomendó la tarea de buscar una ruta y mandarla a Gorsti, él se encargará de llevar pastas y moscatel.
Mirando rutas en Wikiloc no he encontrado una aparente en distancia y desnivel que no fuera y volviera por el mismo camino por lo que he optado por crear una sobre distintos senderos de los mapas, espero que salga bien. Salen 14,59 km con un desnivel acumulado de 485m, si alguien quiere puede alargarla hasta el Lezitza o hasta el borde de la sierra de Satrústegui o bien alcortarla subiendo sólo hasta el Treku.
Hasta el sábado.
P.D. no os olvideis de coger los vasos para el moscatel.

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Hola:


Hoy hemos recurrido a una ruta alternativa, destinada a quienes hemos renunciado a la propuesta oficial. El sábado pasado se comentó la posibilidad de llegar desde Goñi a ese punto de la sierra de Andía, que se considera el centro geográfico de E. H. Hemos seguido el track facilitado por Ricardo, que ha incluido algunos tramos de ruta desconocidos para casi todos los asistentes.

Hay un camino antiguo por bosque, bien trazado, herboso y ancho, que llega hasta las cercanías de Las Bordas Viejas que distan 3,5 km desde Goñi. Hemos deducido que por él seguramente transitaban carruajes, se aprecian surcos y marcas sobre rocas del camino. Se observan algunos hitos en una senda que sirve de alcorce, encaminada a la misma zona. El resto del itinerario no resultaba desconocido por visitas anteriores; aún no hemos llegado a esa fase de, todo es novedoso…

La asistencia ha sido reducida, 9 integrantes, mi GPS ha contado 14,7 km y un desnivel acumulado de 550 m. Inicio a las 9:55, fin a las 14:50. Los sube-baja han sido suaves, los caminos han resultado agradables, bastante limpios, recuerdo algún tramo de hierba alta y piedra suelta que exigía tener cuidado; todo el grupo es habilidoso y experimentado, no ha habido problema.

En 7,4 km hemos alcanzado ese centro emblemático de Euskalherria. Almuerzo con pastas y moscatel, obsequio de Rafa. Zorionak! con retraso de meses. El tiempo se ha portado, acorde con el paisaje que hemos podido observar en todo momento. Entre tanta flor y color verde se han encontrado un par de champiñones gigantes en muy buen estado de conservación. ¡Buen provecho!

De regreso, tras visitar la ermita de San Miguel, queda hasta Goñi un tramo de pista, apta para todoterrenos y poco apropiada para pies cansados. Pues bien, Ricardo nos ha aliviado parte del tostón indicándonos un sendero alternativo de hierba, de casi un km. Pintxos en Aizpún o en Asiáin. Agur!!

Félix

Salida Burgos - Valdeporres


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Primer día.

Gorosti repitió este fin de semana una salida con pernocta para explorar el entorno de Santelices, un pueblo de la Merindad de Valdeporres, al norte de la provincia de Burgos, de donde proceden los ancestros de Adolfo. El viernes salimos de Pamplona para ascender al Dulla por su vertiente norte. Salimos del mismo pueblo y avanzamos un poco por la carretera para cruzar el límite con Pedrosa y ascender por una senda hasta alcanzar la vía verde sobre la fallida línea que habría unido Santander con el Mediterráneo. Seguimos un poco hacia la izquierda para tomar un sendero que entre árboles nos condujo hasta la carretera que asciende hacia Espinosa de los Monteros. La cruzamos para tomar la subida que va hacia el portillo de Pedrosa. Disfrutamos de la abundante vegetación de robles, con flores de muchos colores, amenizados por el canto de los pájaros. Éramos un grupo de ocho personas, pero llegados a las praderas nos dividimos en dos, unos avanzaron hasta el ventanón, impresionante arco natural situado sobre el pueblo de San Martín, y los demás nos encaminamos hacia el siguiente farallón rocoso. Avanzamos un poco hacia el oeste llegando a la Fuente Fría. En estas extensas llanuras, que se extienden hasta la cabecera de Ojo de Guareña, pasta el ganado. En su tiempo hubo hasta cultivos. Subimos en diagonal bordeando la muralla, ya en término de Puentedey. Llegamos hasta las Puertas de Quintanilla, un estrecho paso que nos permite acceder a los pastos superiores. Éstos albergaron hace siglos los últimos núcleos de resistencia de los cántabros frente a la invasión romana. Prefirieron inmolarse antes de convertirse en esclavos. La existencia de cantos rodados entre las rocas angulosas son una prueba del asedio, porque se usarían como proyectiles.

Desde este punto hasta la cumbre del Dulla, todavía queda un largo recorrido, pero con pendiente más suave. Al sur se extienden los Canales de Dulla, unos cañones paralelos donde el agua ha excavado las calizas para buscar la zona de Valdebodres. Llegamos a la cima tras recorrer la cresta, pasando por la cota de Peña Rayito, de 1096 m frente a los 1143 de la Muela de Dulla. Desde allí, la vista se extiende desde los montes Obarenses hasta el Cuchillón y el Tres Mares, en el Alto Campoo. Más cerca, el embalse del Ebro, y hacia el Este, el Picón Blanco, final de etapa más de una vez en la Vuelta Ciclista. Pero no podemos quedarnos a vivir aquí, nos esperan nuestros compañeros que ya se han cansado de beber cerveza (y más cosas) Retornamos por el camino de subida, pero en la pradera buscamos el portillo de Santelices, para pasar junto a la peña de la Cruz, bajar hasta el viaducto y llegar al pueblo cansados pero felices. Nos espera una comida en el merendero del pueblo, donde celebramos el cumpleaños de Adolfo.

Han sido más de 14 km de recorrido y unos 540 metros de desnivel. (Mary Luz)

Segundo día.


Tras un relajante sueño en el hostal Las Merindades, vemos que nos han entrado las nubes, y ha refrescado. Por lo que, por un lado bien, porque no pasaremos calor en la ascensión al Cotero, pero por otro lado nos privará de las vistas.

Para iniciar la subida vamos al túnel de la Engaña. (Fallida conexión por tren entre el Santander y el Mediterraneo, que tras una super millonaria inversión de unir los dos mares por tren, se ha quedado en una bonita vía verde) Pasamos por las ruinas de lo que debería haber sido una estación de tren, y un poco más adelante, en un merendero dejamos los coches.

Empezamos a subir por un bonito hayedo. Cambiamos las calizas por las areniscas. Vemos, no muy lejos, los farallones rocosos del Dulla. Tan cerca (en distancia), tan lejos (en ecosistema). Entramos en los Callejones, una “ciudad encantada”, de bonitos rincones donde los grandes tejos crecen abrazados a las rocas.

Pronto abandonamos las hayas y entramos en los brezos. Y la niebla nos rodea, nos oculta las vistas. No conviene andar dispersos, (como acostumbramos en Gorosti), no queremos perder a nadie en los múltiples senderillos que abre el ganado. Andamos a ciegas, metidos en la nube. Gracias a la pericia de Adolfo, que como guía nos lleva a la cumbre del Cotero. Estamos en la divisoria entre Cantabría y Burgos. La panorámica debe ser magnífica, pero no la vemos. Y sin llover, acabamos mojados, sobre todo los pies. Y sin querer nos llevamos una colección de garrapatas. Volvemos por la pista de Los Petroleros, por un bonito bosque de abedules y de hayas. Abajo nos esperan, hambrientos, los que no han completado el recorrido.

En el merendero comemos los hornazos que ha encargado Adolfo en el pueblo y las pastas y el vinillo con que nos agasaja Jose por su cumpleaños.

Han sido casi 16 km y 740 m de desnivel. (Julián)

Día tercero

Hoy, únicamente vamos a dar, todos juntos, un bonito paseo por los hayedos de Leva.

Y para completar la jornada, visitaremos los bonitos pueblos de Puentedey y Quintanilla.

Comida final en Ciguenza, y todos para casa. (alguno nos acercamos a ver una necrópolis de San Andrés)

jueves, 5 de junio de 2025

Salida sábado 7 de junio. Ciriza - Sarbil por escaleras de Ciriza.



En el 2019 ya se hizo un recorrido de subida al Sarbil por las escaleras de Ciriza, pero no se bajó por la ermita sino por la zona de escalada. En esta ocasión le daremos la vuelta al “cabezón” y bajaremos por la ermita de Santa Lucía para volver a Ciriza.

El recorrido sale del mismo pueblo de Ciriza, donde espero no haya problemas de aparcamiento junto al frontón, y son unos ocho kilómetros y medio de recorrido y 722 m de desnivel, pero muy llevadero porque salvo el tramo de las “escaleras de Ciriza”, que es sin duda uno de los mayores atractivos de la ruta, lo demás es muy suave y llevadero en la subida, algunos tramos de bajada tienen más pendiente, pero son de bajada.

Los que quieran acortar el recorrido pueden tomar la carretera del puerto de Echauri y aparcar al borde de la carretera en la subida al puerto, a nivel del sendero que sube a las escaleras, con ello se ahorran la subida y baja desde Ciriza.


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Hola a todos. Ayer aprovechamos la mañana fresquita para subir una vez más al Cabezón de Echauri. El proponente planteó la ruta el año pasado y ya lo había olvidado. Estaba fuera pero no importaba. Los cerezos están en fruto ahora mismo, y Toño estaba encantado de patear por su zona y poder celebrar su cumpleaños con nosotros. Claro que es un monte muy concurrido entre caminantes, escaladores, ciclistas que descienden a toda velocidad del puerto... Nosotros empezamos a caminar por una pista que iba ganando altura hasta convertirse en una senda que se aproximaba al borde de la carretera. Practicamos un nuevo deporte: salto de vallas, y así superamos el quitamiedos para, nada más cruzar el asfalto, coger la estrecha trocha que en decidida pendiente nos aproximaba a la pared. Si no la has recorrido previamente, parece increíble que el farallón rocoso tenga algún punto vulnerable. Sólo una estrecha franja de vegetación traza una línea de comunicación entre el escalón superior y el inferior, pero es tan vertical que parece imposible que por ahí discurra un camino. Menos mal que los duendes trazaron unos peldaños en la roca, una canal que a menudo tiene protección rocosa en el lado de la caída, con lo que la progresión no resulta tan complicada. Es casi divertida, siempre que el terreno esté seco y los ojos y las manos no pierdan la atención. De todas formas, allá estaban Pedro y Ricardo para ayudarnos a superar los pasos difíciles. Tras una carrasca, llegamos a un prado colgado con unas vistas estupendas, y tras superar otro escalón, esta vez más reducido, desembocamos en una faja rocosa por la que discurre una senda colgada. A nuestros pies, el río discurre trazando meandros. Tras un falso llano desembocamos al pie del domo que constituye la pirámide cimera. La subida es empinada, pero se pueden trazar curvas sobre un prado especialmente florido para suavizar la pendiente. En la cima nos espera un merecido descanso, el almuerzo y las pastas con Málaga Virgen, que hoy entran especialmente bien. El embalse de Alloz luce rebosante de azul.

Descendemos por la cara suave, que bordea el Cabezón por el flanco Noroeste. El paisaje cambia por completo. Desaparecen las carrascas de la cara sur y domina el hayedo, especialmente verde en esta época. La bajada hacia la ermita de Santa Lucía tiene tramos escarpados, pero nada que ver con la subida. Nos sacamos fotos y pasamos a disfrutar de las gramíneas, que nos flanquean a ambos lados esparciendo su polen, para especial regocijo de Amaya y Luis. Descendemos a la última curva de la carretera del puerto. Todavía la cruzaremos un par de veces más, prestando especial atención para coger bien los atajos que salen al otro lado, y con más calor que a la subida nos presentamos en el pueblo a una hora lo suficientemente temprana como para comer en condiciones. (Mary Luz)