lunes, 8 de diciembre de 2025

Salida sábado 6 de diciembre . Circuito Latasa- Beramendi

 

Propuesta de última hora dado que no había nada programado.

Punto de encuentro Aparcamiento piscinas de Nuevo Artica en variante norte. 

Información general

Programación anual

Cómo llegar al punto salida excursión


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Hola a todos. Ayer no había excursión programada, por ser el día de Santa Constitución (virgen y mártir), pero en Gorosti ya estamos entrados en canas, nos vamos de viaje cuando nos da la gana, y cuando hay fiestas y puentes nos quedamos en casa para evitar meternos en aglomeraciones. Así que volvimos a acudir a la llamada de la selva y nos juntamos en Latasa con una buena cuadrilla para darnos otro baño de bosque. Comenzamos a subir una empinada y resbalosa cuesta de cemento para darnos de bruces con la puerta del cementerio (nos preguntábamos cómo llevaban a los muertos hasta allí, porque era complicado incluso para subir en coche). Bueno, nos desviamos hacia la izquierda dejando a los difuntos en su sueño eterno y nos encaminamos decididamente a coronar la primera cota. Mejor ascender al principio y luego dedicarnos a pasear, pero tampoco hacía falta subirlo de golpe. Resoplando, llegamos a la loma, desde la que se domina la Basaburúa. Antes habíamos pasado por un aprisco circular rodeado por un muro de piedra. En la primera cumbre (Añoa) no hay mojón, aunque sí una caseta de cazadores. Así que disfrutamos del panorama, algunos se dedican a identificar los pueblos con el móvil (eso es trampa ¿no decíamos que a los mayores nos conviene hacer ejercicios de memoria?). Seguimos la marcha por el sendero del bosque, y tras una leve bajada, comenzamos a ascender a la segunda cumbre de la jornada, un poco más lejana y elevada. Aquí, el camino pasaba por su flanco, así que algunos decidieron no subirla, y se unieron a Santi y Félix, que iban adelantados y ya volvían de la cima. El grupo quedó fragmentado en dos, seis por delante y más de quince por detrás. La segunda cumbre ya estaba señalada, (Otsopasaje, 729 m) pero seguía siendo pronto para almorzar. Así que nos sacamos unas fotos y, tras retomar el camino, entramos en una alargada meseta separada de la loma principal por una amplia vaguada. Pasamos junto a un sumidero (Ameztiko Lezea) y nos encaminamos a una zona con numerosos troncos caídos. Habíamos pasado por un extenso bosque de hoja caduca, en el que se veían, aparte de hayas, zonas de robles, con algún castaño y avellanos. El suelo estaba tapizado de hojas, lo que evitaba el temido barro.

Llegamos junto a un vehículo, encontrando a los dos únicos humanos que nos cruzamos en el camino, dos cazadores con sendos chalecos naranja, que buscaban becadas. A partir de aquí, el camino comenzaba a descender. Así que buscamos un sitio con vistas para almorzar. Otra caseta de caza, con un cobertizo con leña, un asador y algún banquito para sentarse. A nuestros pies, todavía a cierta distancia, el pueblo de Beramendi. Todavía nos quedaban unos cuantos kilómetros, pero suponíamos que serían cuesta abajo (no era del todo cierto). Así que reponemos fuerzas, aligeramos peso del macuto y reanudamos la marcha. Recorremos un magnífico bosque otoñal hasta llegar a la orilla del río, que cruzamos para dirigirnos en ascenso hasta el pueblo. La verdad que pronto hay que bajar lo ascendido para cruzar por segunda vez el Basaburúa, esta vez por un angosto puente cubierto de musgo, y volver a subir para rodear la loma que bajaba desde la cumbre. Se ve que el que propuso el track había alargado un poco el recorrido para visitar el pueblo. Nos queda una preciosa combinación de senderos y pistas (con algún tramo barroso), esta vez por las orillas del río Larráun, pasando por unos cuantos puentes y una vistosa presa hasta llegar a las Ventas de Urriza, donde desembocamos en la vía Verde del Plazaola, que pronto nos deja en la antigua estación de Latasa, reconvertida en un animado bar-restaurante. El grupo B, esta vez, nos ha sacado casi media hora de ventaja (habrán almorzado menos. Han acabado ya con sus pinchos, así que miran con envidia los bocadillos que nos sacan a algunos (de medio metro, por lo menos). (Tardan un poco en darse cuenta de que estaban partidos por la mitad). ( Mary Luz)

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