Buenas tardes! Mando el track para este sábado, la ruta sale desde un aparcamiento al que se accede justo antes de entrar al casco urbano cogiendo a la derecha, aunque es un parking bastante amplio, tiene el inconveniente de ser casi exclusivo para autocaravanas, dejando poco espacio para turismos, cosa que no sabía cuando hicimos la ruta. Entrando un poco al casco urbano también hay un parking junto al polideportivo.
La ruta pasa por la ermita de Belén para luego adentrarse por el barranco de Belabartze, con su cascada, sube hasta un bunquer situado junto a la carretera de Zuriza para luego en la bajada pasar por la cueva del Ibón, el puente románico y el puente de La Molina para luego subir hasta la ermita de Idoia.
En total nos salieron 12,770 km con un desnivel de 433mts.
para compensar el esfuerzo y el viaje un poco largo habrá pastas y moscatel, esperemos que el tiempo acompañe. Agur.
Punto de encuentro: Aparcamiento piscinas de Nuevo Artica en variante norte.
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Cómo llegar al punto salida excursión
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Hola a todos. Este sábado el tiempo nos dio una tregua. Menos mal, porque el plan era muy prometedor. Nos desplazamos hasta Isaba para recorrer el tramo final de los barrancos de Belabarce y Belagua, que tras su confluencia dan lugar al río Esca. No se trataba de subir a ninguna cumbre, sino de rodear el cordal de Belabarsaitsa y San Zolo para disfrutar del abundante patrimonio natural e histórico de la zona. Salimos del aparcamiento situado junto al río para adentrarnos en el primero de los barrancos, bajo la atenta mirada de las estribaciones de Ezkaurretxiki. Se trata del flanco de un anticlinal volcado hacia el sur con unos llamativos afloramientos de caliza. Pasamos por la diminuta ermita de Belén y desembocamos en una pista que, tras atravesar las ateas de Belabarce se desvía por un puente a la derecha para ascender por el barranco de Berroeta. Nosotros seguimos recto por una sugerente senda que nos lleva hasta la cascada de Belabarce, bastante crecida debido a las recientes lluvias. El sendero sigue serpenteando entre el pinar en ligero ascenso hasta llegar a unos prados junto a la borda de Francisco Mayo. Allí se encuentran dispuestos unos troncos formando un rectángulo, al pie de un bunquer circular perteneciente a la línea P. Ricardo nos obsequia con abundante vino y pastas que devoramos con celeridad mientras cantamos alegremente. Da pena abandonar el lugar, pero había que descender porque falta aún la mitad de la ruta. Nos separamos de la carretera para seguir una senda por el bosque. Pero la erosión del anticlinal hace aflorar las arcillas que se transforman en barro resbaladizo. Ha debido estar lloviendo durante la noche, porque en ocasiones, el agua discurre por mitad del sendero. Llegados a la carretera de Belagua nos sentimos liberados. Todavía nos queda una sorpresa, la cueva del Ibón, una caverna inundada desde donde se oye el rugido de una cascada en su interior. Pero para verla hay que mojarse. (Alguna incluso se descalzará). Hay un puente de piedra (Otsindundua) junto a la cascada, y otro más esbelto siguiendo la carretera. Aprovechamos para sacar más fotos. Atravesando otro estrecho podríamos llegar al pueblo, pero para complicarlo un poquito (ya que la ruta es corta) nos encaramamos a la pared rocosa para verlo desde arriba y acercarnos hasta el inicio de la senda de los contrabandistas. Demasiados resbalones y pendiente acusada. Tan sólo nos queda, tras cruzar la carretera de Uztárroz, seguir hasta la Ermita de Idoya, muy cuidada para, tras un camino empedrado, desembocar en los coches.
Mary Luz
P.D.
Tras esta divertida y sencilla ruta, solo complicada por el patinaje sobre las arcillas mojadas nos tomamos en el hotel Isaba las cervezas (que pronto tendrán que ser 0,o), con algo que acompañarla, mientra dos sestean, y tres aprovechan para ver el bonito pueblo de Isaba.
Julián
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