Para este sábado tenemos pendiente un paseo por la sierra de Alaitz. Saldremos desde Guerendiáin, en esta ocasión, el recorrido tiene varias novedades que iremos viendo, como: El Abrigo de Alaiz, El Puente de Diablozulo y al regreso, si nos quedan fuerzas para recorrer 1,4 Km de ida y vuelta desde el desvío-- -Izda cueva---la Cueva d Diablozulo. En la cresta, solo hollaremos las cimas de Carrascal y Alaitz.
La distancia son 12,5 Km (11Km sin la cueva), el desnivel al que nos enfrentamos hay que tenerlo en cuenta, 742 m. El track mandado esta recortado de otro realizado más largo. Los tiempos pueden ser diferentes.
Hasta el sábado, Agur
Punto de encuentro: Aparcamiento piscinas de Nuevo Artica en variante norte.
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Hola a todos. Ayer, Javier Iriarte nos propuso un recorrido por un terreno cercano, la sierra de Alaiz, que nunca deja de sorprendernos. Se trataba de recorrer los senderos de la vertiente Norte, comenzando por un tramo del Camino de Santiago aragonés, para luego ascender por el barranco que bordea las canteras, recorrer la cresta cimera y bajar por el que rodea el alto de la Cruz. El tiempo acompañó, aprovechamos un período ventana entre dos tardes lluviosas, pero la vista no era del todo clara, ya que tanto el Pirineo como los dosmiles de la Ibérica permanecieron ocultos. De todas formas, la Cuenca de Pamplona con todos los relieves circundantes y la vista aérea de la Valdorba compensaron estas carencias. La flora primaveral era un festival. Aparte de las violetas, nazarenos y prímulas que nos habían acompañado durante el mes de Marzo, aparecían especies en flor como las jarillas, la genista y el espantalobos, y el espino negro (en este caso, del color de la nieve). Parecía un paseo hasta que comenzamos a subir por un sendero que no ofrecía tregua, alternando el roquedo con la cascajera, obligando en algunos tramos a usar las manos. Menos mal que el carrascal y el boj permitían agarrarse a las ramas. Pasamos por un pequeño abrigo donde había restos de catas arqueológicas. También pasamos cerca de algún puesto de caza. Desembocamos junto a la pista que accede a las canteras, que permite un recorrido circular para el que no quiera añadir más desnivel. Nosotros seguimos trepando, porque más arriba nos esperaba el puente del Diablozulo, una ventana entre dos formaciones rocosas que se tocaban por su extremo superior dejando un agujero central. Parada para reponer fuerzas y sacar fotos. Todavía nos quedaba una pequeña subida para salir del carrascal a terreno despejado, antes de internarnos en el hayedo que tapiza la sierra por su parte superior. Este hayedo es uno de los más meridionales de Navarra. La vegetación nos ofreció nuevas especies como los gamones todavía sin florecer y la orquídea "sangre de Cristo", muy propia de esta época del año. Algunos decidieron visitar el Orronz, que se encontraba a unos diez minutos del collado. Los demás nos encaminamos directos a la cumbre del Carrascal (o Orraunandía), atravesando dos pequeños prados. Almuerzo en la cumbre, con las inesperadas pastas y vino de Lourdes, para celebrar su cumpleaños de hace un mes. Luego, un estrecho y encantador sendero nos condujo bajando y subiendo hasta el punto más alto de la jornada, Alaiz, con 1171 m. Esta cumbre no ofrece tanta visibilidad como las otras dos, porque está bastante rodeada de vegetación. Así que, como no cabíamos todos, permanecimos poco tiempo, emprendiendo la bajada por la ladera sureste. Nos sorprendió la Scilla liliohyacintus en flor, que aprovechaba la luz que dejaban pasar las hayas, todavía sin hojas. Llegados a una repisa intermedia, el camino viró hacia la izquierda para, tras una breve remontada, emprender ya decididamente la bajada más directa hacia el pueblo. Nuevas especies, como la anemone nemorosa, y otras como el rusco, con sus frutos rojos, que ya nos había acompañado durante la subida. El alto de la Cruz (Alastráin), de 975 m. se elevaba a mano derecha, y alguno del grupo subió para completar las cuatro cumbres. Esta cumbre, merece volver un día con unas tijeras, ya que el boj está invadiendo la senda y en algunos tramos, ni se ve. Los demás descendimos hacia los coches, aunque todavía quedaba la visita a la cueva (¡cómo no, de Diablozulo!) para la que había que ascender un trecho. Algunos dejaron la visita para mejor ocasión. Mención especial para Ori, que pese a sus problemas de cadera (había que ayudarlo en algunos resaltes) decidió cambiar de dueño y acompañar a Javier Gómez y Ana en todas sus desviaciones, incluso esperando pacientemente a que salieran los últimos de la gruta. Su vocación de pastor no impidió que en algunos momentos se dispersara el rebaño. Nada que no se solucione con una buena cerveza, esta vez en el Alaiz (¡Cómo no!).
Mary Luz
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